Recibieron el galardón por su excelencia logística en las categorías de pymes y grandes empresas, respectivamente.
Valeo Térmico y la aragonesa Ecomputer han sido las empresas reconocidas con los premios PILOT a la Excelencia Logística 2003, unos galardones que ayer fueron entregados por el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) durante la clausura del III Foro internacional celebrado en el Auditorio de Zaragoza. En el camino se quedaron las otras finalistas, que fueron -en la categoría de grandes empresas- Amylum Ibérica, MRW y Pomar Instalaciones Comerciales y, en pymes, VAYSA, ATG, La Moderna y Starphone. El jurado responsable de otorgar los galardones también decidió conceder, por primera vez, el PILOT al mejor proyecto final del I Master de Logística al bilbaíno Víctor Belda, por un trabajo sobre la gestión internacional, realizado para La Vajilla Enériz. La tarde de felicitaciones culminó con la entrega del premio honorífico a la Excelencia Logística internacional a la compañía Ferrari. Éste fue recibido por el director industrial de la compañía automovilística, Franco Magagni (ver contraportada).
Los actos de entrega, a los que acudieron representantes del IAF, además del consejero de Industria y el vicepresidente de Aragón, se celebraron en la clausura del Foro, que este año ha rozado las 900 inscripciones.
Éxito en la dirección operativa.
Con motivo de la reunión, el IAF ha editado el libro «Experiencias en la dirección de operaciones», que recopila modelos de gestión de éxito en la dirección. El manual incluye, a modo de ejemplo, el desarrollo de estas actividades en firmas aragonesas, como Imaginarium o TAIM-TFG, entre otros, dos de las compañías que fueron mencionadas en más de una ocasión en la cita, desarrollada este año bajo el epígrafe «Intermodalidad y globalización: camino hacia el éxito». Manuel Teruel, de TAIM-TFG, participó en la sesión titulada «Referentes de gestión logística mundial» junto al representante de Adidas.
La alimentación, un sector líder
60.000 millones de euros de facturación y alrededor de 6.000 millones en exportaciones, además de una balanza comercial tradicionalmente positiva, corroboran que el sector español de la alimentación es una referencia nacional en internacionalización y diversificación de los mercados, según se expuso ayer en la segunda jornada del PILOT. Jaime Llopis, profesor del IESE, moderó la mesa «La gestión internacional en el sector de la alimentación», a la que acudieron directivos de compañías emblemáticas como Nestlé, La Bella Easo o Bodegas Torres.
«Si el negocio de la alimentación es importante para la economía nacional -las marcas españolas más conocidas en el mundo son de este sector (Freixenet, Codorniú, Campofrío, Chupa-Chups, Panrico…)- para Zaragoza lo es especialmente ya que es una ciudad óptima para localizar los aspectos logísticos: se encuentra en medio de centros de consumo de varias decenas de millones de personas», expuso Llopis. Además, también se insistió en que la esta rama del consumo «siempre ha sido un sector refugio, más resistente a la crisis económicas que otros».
A los números se remitieron para dar cuenta de la eficacia de la «glocalización», el término acuñado para aglutinar, de forma simultánea, una exitosa apertura internacional y la adaptación a los gustos del consumidor local en cada uno de los lugares donde se comercializan los productos.
200 fórmulas para un café.
Eduardo Arruga, director de importaciones de Nestlé España, anunció un cifra de negocio superior a los 60.000 millones de euros en 2002 para el grupo, cuyas ventas se centran en América (33 %) y Europa (32 %), aunque están presentes en los cinco continentes. La estrategia de la firma pasa por hacer compatibles en sus mercados marcas internacionales (59 % de las ventas) con las locales, absorbidas por el grupo en los distintos países, como es el caso de Camy, Miko, Bonka, Litoral o La Cocinera en España. El ejemplo más extremo en su actividad»glocalizadora» lo representan las 200 fórmulas de café que se pueden encontrar bajo una misma etiqueta y denominación, cada una de ellas «adaptada» a las disparidades de otros tantos mercados del mundo, detalló Llopis.
Alfonso Navarro, de La Bella Easo, explicó después el proceso de internacionalización seguido en su empresa. La diversificación de la producción, que se inició con magdalenas elaboradas en una panadería zaragozana, y sustanciales transformaciones en los procesos productivos, tecnológicos y de márketing «han supuesto un esfuerzo tremendo». A pesar de todo esto, insistió en que la flexibilidad definitiva de las ventas llegó con la «evolución del valor añadido de nuestros productos (pan de leche, brioche…) y el correspondiente desarrollo local de productos globales (con un estandar de calidad común) para satisfacer los distintos gustos europeos». Esta «batalla» por adaptarse a los mercados también se libra en terreno de la distribución, «que es una secuencia de puntos de decisión en los que la información es vital. Si ésta es buena y adecuada en todos los puntos, la cadena será ágil y flexible».
Desde Bodegas Torres, Jorge A. Grosse imbricó la «glocalización» de su centenaria «marca»de vinos en los aspectos de márketing más que los «selectivos» procesos productivos.
A pesar de las dimensiones y el éxito de estas compañías, sus responsables también denunciaron los problemas específicos del sector, como es el cumplimiento de la estricta normativa de seguridad alimentaria y de otras como las de la lucha contra el bioterrorismo.
Fuente:www.heraldo.es